La Verdadera Rutina Matutina para Mamás de Peques

Cada vez que leo artículos sobre “cómo optimizar tus mañanas como mamá”, no puedo evitar reírme (y tal vez llorar un poco por dentro). Estos consejos suenan geniales en teoría, pero para las mamás con pequeños corriendo por la casa, es como pedirme que corra un maratón antes de mi primera taza de café. Hablemos de esta supuesta “rutina matutina perfecta” para mamás, ¿vale?

1. Levántate temprano

Aparentemente, si me despierto antes que los chamos, tendré tiempo para “centrarme”. Ah sí, el esquivo concepto de tiempo tranquilo. Pero aquí está el problema: ¡mis hijos ya se despiertan lo suficientemente temprano como para ganarle al sol! Apenas puedo funcionar porque mi sueño ha sido interrumpido millones de veces durante la noche—ya sea por pesadillas, llantos misteriosos o un pedido de agua a las 3 a.m. que apenas tocan. Y cuando trato de levantarme más temprano, parece que tienen una habilidad sobrenatural para detectarlo y se levantan aún antes. Así que la idea de despertarme temprano no es una opción, amiga.

¿Quieres saber cómo me siento realmente sobre las presiones de ser una mamá “perfecta”? Mira mi post No Soy una Súpermamá porque nadie tiene tiempo para fingir.

2. Haz ejercicio

¿No es suficiente cardio correr detrás de un niño pequeño? Mi “entrenamiento” matutino consiste en levantar niños de 15 kilos, esquivar juguetes voladores y hacer sentadillas cada vez que me agacho para recoger algo (lo cual ocurre aproximadamente cada 30 segundos). Así que, perdóname si la idea de una sesión de yoga tranquila suena como un sueño lejano. Lo que realmente necesito es una gran taza de café y descanso.

Además, nada es más agotador que intentar limpiar el desastre de una comida con niños (¡especialmente cuando la comida vuela por todas partes!).

3. Haz algo por ti misma

Ah sí, el consejo dorado: “Haz algo por ti misma antes de que los niños se despierten”. En teoría, suena fantástico. ¿Quizás yoga? ¿Meditación? ¿Escribir en un diario? Pero seamos realistas, si logro despertarme antes que los niños, lo máximo que puedo hacer es sentarme quieta durante cinco minutos, desconectarme con una taza de café (frío) o desplazarme por Instagram sin un niño trepando sobre mi. Esa es mi idea de autocuidado. Porque, vamos, en cuanto intento algo más, los peques parecen tener un sensor para mi calma y entran a la habitación dando brincos.

Pero bueno, supongamos que puedo reunir algo de energía antes del amanecer. Podría leer, escribir o tal vez hacerme una mascarilla facial. Pero, ¿sabes qué? La mayoría de las mañanas, dormir es el mejor autocuidado que puedo darme. Porque la verdad es que el autocuidado se ve diferente cuando estás privada de sueño, ¡y eso está bien!

4. Limpia la casa, solo un poquito

El consejo va más o menos así: “Vacía el lavavajillas, limpia el tope de la cocina, haz la cama, ordena el baño, empieza una carga de ropa”. Todo esto antes de las 8 a.m., porque aparentemente, vivimos en un universo paralelo donde los niños juegan tranquilamente mientras yo limpio.

Este consejo siempre me hace gracia. ¿Limpiar la casa? ¿Con niños dando vueltas?. La mayoría de las mañanas apenas logro desayunar. Claro, trato de hacer la cama, pero para cuando termino, alguien ya la ha deshecho saltando sobre ella. En este punto, si logro cepillarme los dientes y salir de casa sin una mancha en la blusa, lo considero una victoria.

La cosa es que la limpieza no tiene que ser perfecta. Si tus hijos están vivos y el suelo no está pegajoso, ¡ya ganaste! Prioriza lo que puedas y no te preocupes por lo demás.

Honestamente, me encantaría tener un poco de tiempo para relajarme y no tener que preocuparme por fregar los suelos todos los días.

Entonces, ¿Cómo es Realmente Mi Mañana?

Mis mañanas no incluyen meditación antes del amanecer o limpiar en silencio. Son caóticas, ruidosas y llenas de sorpresas. Y está bien. Lo mejor que podemos hacer es aceptar el desorden (y tal vez encontrar una pequeña ventana para tomar un café mientras aún está caliente).

Si eres una mamá como yo, demosnos permiso para saltarnos la “rutina perfecta” y crear nuestro propio ritmo. No necesitamos listas de tareas infinitas. Solo necesitamos sobrevivir con un poco de risa y gracia.

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